sábado, 31 de diciembre de 2011

Enero Aragonés: Ángel Guinda

El primer mes del año hemos decidido dedicárselo a las letras aragonesas; así que este es nuestro Enero Aragonés.

Cuando pensamos en la cultura aragonesa a nuestra cabeza vienen nombres como Goya, Buñuel o Labordeta pero estos tres magníficos artistas no son los únicos brillantes en nuestra tierra.

Por eso desde nuestro blog, este mes se lo dedicamos a poetas aragoneses más o menos conocidos, pero todos igual de sorprendentes.

Este verano, en el marco del Confluencias 2011, tuvimos la oportunidad de compatir una tarde con el poeta Ángel Guinda. Su cercanía, su capacidad de transmitir, y su facilidad de palabra nos conquistó a los dos minutos de estar con él.

"A los dieciséis años estaba una tarde sentado en un banco del Paseo de la Constitución de su ciudad natal, meditando frente a una escultura de amantes emparaguados, cuando la Poesía se le apareció, poseyéndole. Desde entonces existe y resiste a golpe de versos."
Así versa su biografía en su página web. Desde esta "aparición" Guinda intentó dedicarse a otras actividades pero la poesía le caló sin duda. Empezó a publicar a principios de los 70 y en los 80 se edita su primer libro de poesía "Vida ávida".

Desde entonces hasta ahora han sido muchos los libros que han nacido de sus palabras y miles las actividades entorno a la poesía y lo poético.

En el 2010 fue galardonado con el Premio de las Letras Aragonesas.

Su último libro "Espectral" publicado por Olifante en 2011, nos presenta una sucesión de poemas en prosa distintos que nos hacen pensar en el cómo y el por qué de la vida.

Os dejamos con uno de sus textos de espectral.


¡De voces está llena mi cabeza!

¡DE VOCES ESTÁ LLENA MI CABEZA ! Voces de aparecidos, voces nuevas, del destino, desconocidas o proféticas, voces del centro de la tierra, voces inquietantes, amordazadas, metálicas, de vidrio, voces de gas, de cloroformo; huecas voces de catacumbas, de robots, de hilo, de desmembramientos. ¡Mi cabeza es un gong, un campanario, un redoble de voces! Oigo voces que se aglomeran, atropellan, quebrantan mi quietud, se tambalean. Voces de sed, de piedra, de madera, voces del infinito, sepultadas, voces de tiempo, del abismo; voces de oscuridad, de terremotos, volcánicas, de alarma. Mi cabeza es un observatorio de voces embrujadas, solas, voces de apartamentos y palacios, de zulos, de chabolas, de tabernas, de desaparecidos, de extenuación, de guerra, de socorro, de náufragos que claman a las nubes. Veo las voces de las pesadillas. Toco voces de oxígeno, secretas, emigrantes, voces que sangran, voces esqueléticas, voces de flores, rocas, animales, voces sin tumba, voces exiliadas. Pero siempre oigo voces, voces, voces. ¡De todas esas voces está hecha mi voz!


Ángel Guinda, Espectral.

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